Aventura

A mis 50 me di cuenta que mi vida estaba llena de contenidos, de explicaciones, de razonamientos, que tenia una vida de esas pseudointeresantes por el análisis que podía prestar. Y que es cierto que la realidad se entiende sabiendo el pasado, y que todo se comprende mejor cuando dejo de correr con mi coche, y descansando en la banquina pienso los por qué. Pero a quien le puede interesar una vida de estás, siendo que nunca he cumplido con la mínima premisa de tener anécdotas o recuerdos increíbles e inolvidables.

En pocos meses nacerá mi primer nieto, y no tengo nada para contarle más que una noche de cine independiente o algún robo que sufrí. Las aventuran no se encuentran debajo de la frazada calentita, del plato de comida elaborado, o del jugo que tan bien sabe, sino que hay que buscarlas, con cuchillos, capa y espada, ¡así se encuentra la aventura!

En mi vieja mochila entrará todo. Cuchillo, tenedor, cuchara, escarbadientes, trapos, algunas mudas de ropa, y ya está… Sí, algunos pesos sería bueno tener por si las dudas, y alguna que otra aspirineta para los infartos. Las llaves en la puerta, sin moros en la costa, y ¡Zas! ¡Mundo que me esperas allá afuera en busca de aventuras! ¡No te preocupes mi amor, en pocos meses volveré con vivencias nuevas! Buscaré el mundo aventurero tras puerta que nunca me he animado a abrir.

Desde la cocina se oyó: ¡Raúl vení a tomar la merienda que la leche esta calentita! ¡Y no sabes ricas que son las galletitas que compre!


Este viernes con ustedes: LAS AVENTURAS